Israel ha desarrollado una célula foto-bio-electro-química capaz de generar electricidad e hidrógeno, el proceso está relacionado con la fotosíntesis de las plantas.
Según la revista Nature Comumunications investigadores del Instituto Technion han logrado esta combinación única de membranas celulares y vegetales llamada BPEC.
La corriente eléctrica se consigue gracias un compuesto férrico donde el hierro permite la transferencia de electrones de las membranas biológicas al circuito eléctrico.
La corriente eléctrica también puede utilizarse para crear gas hidrógeno añadiendo energía eléctrica a partir de una pequeña célula fotovoltaica que absorbe el exceso de luz.
A diferencia de la combustión de combustibles fósiles el producto de la combustión de hidrógeno no contamina, es agua limpia.
Mediante este proceso se crea un ciclo cerrado con agua que permite la conversión y almacenamiento de energía en gas hidrógeno.
Para mi queda claro que en el mundo vegetal hay mucha energía, son conocidos los biocombustibles que se utilizan como sustitutivos del diésel, la gasolina o la propia madera en hornos y calderas.
Popeye al igual que Henry Ford fueron visionarios en la utilización de vegetales como fuente de energía, este último ya diseñaba coches que funcionaban con bioetanol en su época.
La pregunta que ahora hago es ¿se podrá obtener una célula energía a partir de un tomate, acelga o puerro al igual que de las espinacas?
Por mi profesión sé que la capacidad del planeta para cultivar biocombustibles es muy limitada frente a las necesidades energéticas. Una solución puede ser esta combinación de lo orgánico y lo vegetal que a la vez es capaz de producir electricidad e hidrógeno.