Hidrógeno VS Baterías Eléctricas

Hidrógeno VS Baterías Eléctricas

¿Existe una fuerte competencia entre el hidrógeno y las baterías?

El Informe Global sobre Automoción 2017, elaborado por KPGM, dio un informe interesante respecto al futuro de los coches, según he leído en este informe  los vehículos a pila de hidrógeno serán los grandes vencedores de la pelea ecológica que se hay en la industria.

Los principales inconvenientes son:

  1. La pila de combustible de hidrógeno avanza mucho más despacio comercialmente hablando.
  2. Varios modelos eléctricos homologan ya autonomías por encima de los 300 kilómetros.
  3. La inversión necesaria para que despegue el hidrógeno es mucho más alta, y los costes son siempre superiores.

Estas dos tecnologías están en continua lucha por la hegemonía de las carreteras, los eléctricos y los de hidrógeno, aunque también habrá modelos híbridos y eléctricos con generadores como forma de despedirse del petróleo, además de los motores a gas y con combustibles sintéticos/biológicos. Los gasolina y diésel convencionales tienen cada vez el futuro más del color del petróleo. Las razones son fundamentalmente medioambientales, más que por escasez de crudo.

Aumenta la capacidad de las baterías pero la velocidad de recarga no:

En los últimos tiempos las autonomías de los coches eléctricos están subiendo considerablemente. Los diseños optimizados de baterías logran sacar más densidad energética sin alterar la habitabilidad, el maletero o las dimensiones exteriores de los vehículos. Las autonomías homologadas superan en muchos casos los 250, los 300 y los 400 kilómetros. Esta autonomía creo que todavía no es suficiente.

El principal problema desde mi punto de vista es que la autonomía es muy variable según las condiciones de utilización, a los motores eléctricos les «mata» alcanzar velocidades de autopista, la máxima eficiencia la alcanzan a bajas revoluciones y baja velocidad. Por lo normal, solo hay una relación de cambio, y carece de sentido poner «marchas» a un eléctrico. Básicamente solo íbamos a cambiar la aceleración, no la autonomía, y añadiremos peso y rozamientos mecánicos.

La promesa del hidrógeno:

Según el informe, es más prometedor el hidrógeno para viajar , se reposta en minutos y las autonomías son superiores. El problema principal de esta tecnología es que todavía es caro todo lo que suena a hidrógeno: los coches, las pilas de combustible, montar «hidrogeneras», la propia obtención del hidrógeno (que no anda suelto), etc. Ahora mismo solo tiene sentido usar hidrógeno en zonas muy concretas del mundo.

Como podéis imaginar varias empresas están impulsando, de su propio «bolsillo», la instalación de hidrogeneras para crear una red de repostaje público. Cuando existe suficiente cobertura, los pioneros se van animando. Si no, resulta un poco estúpido gastar una cantidad que equivale al doble o triple de un coche convencional que puede ir a cualquier sitio. En la mayoría de casos, ahora los pioneros repostan «gratis», pero pagan una cuota mensual considerable.

¿Quién ganará esta competición?:

Parece más fácil montar una red de recarga rápida para coches eléctricos que una red de hidrogeneras. Para que esto último sea más rápido, la industria petrolera tendrá que meterse en el ajo y anticiparse a lo inevitable, si no, un día se tendrán que beber su petróleo refinado. No es tan simple como colocar un depósito y un par de bombas, almacenar hidrógeno es complicado y caro para que sea seguro. Y de eso se trata, de que sea seguro.

En mi opinión van a convivir las dos tecnologías, ya que ambas tienen  ventajas e inconvenientes no se solapan, los eléctricos tienen unas ventajas y los de hidrógeno tienen otras. Está claro que para corto y medio alcance un eléctrico acabará siendo más interesante, sobre todo si las baterías superan los 30-40 kWh de capacidad y se puede recargar el 80% en 15-30 minutos. Para larga distancia el hidrógeno, si bajan los costes, será mejor que cualquier diésel actual.

Los resultados del informe:

Para dar respuesta a la pregunta anterior, KPGM ha realizado un análisis donde mil directivos de empresas de automóviles y 2.400 conductores de 42 países diferentes arrojaron un curioso resultado:

Según el 62% de los consultados opina que debido a los costos de construir infraestructura de recargas, los autos eléctricos tienen pocas posibilidades. Por el contrario, el 78% opina que las pilas de hidrógeno serán «el avance en materia de industria energética», ya que su carga veloz es muy importante. Sin embargo, la mayoría advierte que esta tecnología aún es muy reciente y su desarrollo necesita solventar los dilemas de la refrigeración y el almacenamiento seguro.

Otro dato no menor es que para el 53% de los entrevistados, los vehículos a diésel no tienen futuro y serán discontinuados en poco tiempo.

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