Hablemos de los residuos.
La conversión de residuos en energía se refiere a las muchas maneras en que convertimos la basura en productos útiles. Estos productos incluyen electricidad, calor, combustible y una fuente de energía renovable.
El proceso de gasificación descompone los materiales orgánicos calentándolos en un entorno sin oxígeno. Esto crea hidrógeno, dióxido de carbono y monóxido de carbono que pueden utilizarse directamente como combustible o convertirse en otros combustibles como el metano (gas natural). Las cenizas restantes pueden utilizarse como material de construcción o devolverse al suelo como abono. El combustible derivado de los residuos se fabrica a partir de la basura y se utiliza para generar electricidad mediante motores de combustión. La despolimerización térmica (TDP) es otro tipo de tecnología de conversión térmica que descompone los materiales orgánicos sin oxígeno a altas temperaturas sin producir ningún tipo de contaminante; es una de las tecnologías más prometedoras para convertir los residuos en energía porque permite utilizar todo tipo de basura, ¡incluso los plásticos!
La digestión anaeróbica, que consiste en descomponer la materia orgánica sin utilizar oxígeno, es otra forma de convertir los residuos en energía y de reducir la necesidad de depositarlos en vertederos. La conversión termoquímica utiliza vapor a presión en lugar de aire a presión, pero produce resultados similares al convertir los residuos sólidos en gases como el hidrógeno o el syngas (una combinación de monóxido de carbono + hidrógeno). La gasificación por plasma es otro método que produce combustibles de combustión limpia sin dejar residuos de cenizas tóxicas.
La gasificación es un método de quema de residuos que los convierte en gas.
Los residuos que se pueden gasificar son el papel, el plástico, los textiles y otros materiales orgánicos.
Se realiza calentando los residuos en un entorno sin oxígeno para que se descompongan en sus componentes químicos. Estos se convierten en gases que pueden utilizarse para producir energía o productos químicos. También pueden convertirse en plásticos u otros materiales.
Despolimerización térmica. Este proceso utiliza el calor y la presión para descomponer la biomasa en un combustible líquido. Puede realizarse en un proceso discontinuo o continuo, dependiendo del tamaño de la instalación y de otros factores. El bioaceite producido por la despolimerización térmica puede utilizarse tal cual o transformarse en gasóleo renovable o combustible para aviones.
Gasificación. Este método convierte la biomasa en syngas (gas de síntesis), que luego se convierte en electricidad y/o se almacena para su uso como combustible de transporte más adelante. También hay que tener en cuenta que la gasificación en sí misma tiene diferentes variantes: directa, indirecta, de lecho fluidizado, de lecho fijo, flash multietapa (MSF), etc., por lo que hay diferentes maneras de llevarla a cabo si se quiere obtener más información sobre su funcionamiento.
La gasificación por plasma es un proceso de conversión de materia orgánica en gas de síntesis, que es una mezcla de monóxido de carbono e hidrógeno. El hidrógeno es una sustancia química abundante y puede encontrarse en muchos materiales orgánicos. El material orgánico más común para convertir en hidrógeno es el plasma, por lo que para que el proceso sea eficaz, hay que encontrar la forma de producir altos niveles de gas de plasma. Hay dos métodos principales para producir gas plasma:
Separación mecánica (alta temperatura) — este método utiliza altas temperaturas combinadas con fuerzas mecánicas para producir plasma
Electrólisis (baja temperatura) — este método utiliza la electricidad en lugar de la fuerza mecánica
La digestión anaeróbica es un proceso que descompone los materiales orgánicos en biogás, una mezcla de metano y dióxido de carbono, y un digestato líquido, que puede utilizarse como fertilizante.
El proceso tiene lugar en un digestor anaeróbico. La conversión de residuos en energía se refiere a las múltiples formas de convertir la basura en productos útiles.
Una de las tecnologías de conversión de residuos en energía de más rápido crecimiento es la gasificación por plasma y la gestión de residuos por arco de plasma.
La conversión termoquímica es un proceso que convierte los residuos orgánicos en combustible o electricidad. El proceso suele implicar la exposición de los materiales de desecho a altas temperaturas sin oxígeno para producir un gas. Hay dos tipos de despolimerización térmica, la húmeda y la seca.
El método húmedo utiliza un catalizador químico (por ejemplo, hidróxido de sodio) para descomponer la basura en syngas (gas de síntesis), que puede utilizarse como combustible o convertirse en combustibles líquidos como el etanol o la gasolina mediante fermentación. El método en seco utiliza el calor para descomponer la basura sin ningún producto químico, produciendo gas de monóxido de carbono puro que puede utilizarse para muchos fines industriales, incluida la generación de electricidad mediante la combustión en un motor de turbina (central térmica).
El CDR es un combustible sólido producido a partir de residuos que puede quemarse en una central eléctrica convencional para producir electricidad. Se fabrica a partir de los residuos recogidos en los hogares, las empresas y las industrias. Los CDR pueden proceder de fuentes residenciales o industriales y suelen incluir materiales como papel, cartón, plásticos y productos de madera.
Hemos aprendido que la conversión de residuos en energía es una de las formas más beneficiosas de eliminar los residuos. El proceso de convertir los materiales orgánicos en energía, mientras que usted está reduciendo su huella de carbono y la creación de puestos de trabajo y los ingresos dentro de la comunidad. Este tipo de reciclaje es la mejor manera de proteger nuestro futuro y dejar el mundo mucho mejor de lo que lo encontramos. Además de ser respetuosas con el medio ambiente, las plantas WTE son también muy sofisticadas en su diseño, lo que significa que son capaces de producir electricidad de alta calidad que puede ser utilizada por los hogares o las empresas de toda América.